Disculpen la osadía pero quiero compartir mi primera y quizas nefasta creación narrativa . El año pasado vi un documental acerca de niños en el medio oriente, exactamente en la zona de conflicto. Capté cada una de sus palabras y expresiones, le agregué algunos detalles que conozco sobre la situación y utilicé los mismos nombres de los niños del documental, me atreví también a usar algunos de los nombres de mis amigos palestinos, ya que necesitaba completar la historia con otros personajes.
Hablar del problema de medio oriente desde el punto de vista de los niños, requería que sus vivencias fueran compartidas con sinceridad, por lo tanto necesité de un personaje también niño. Sin embargo, era necesario que este personaje sea tan ajeno y tan distante a dichas culturas, así que lo primero que pensé es que bien podría ser yo con varios años menos, después de todo, que podría saber una niña cristiana y limeña de semejantes lugares tan lejanos, de no ser por las maravillosas historias de "Las mil y una noches" que solía leer y por el intenso anhelo de algún día caminar o conocer los lugares donde solía jugar mi Dios cuando era niño y vivió entre nosotros, nada me era común con el medio oriente en aquel entonces.
Lamentablemente, Haylen a los 10 años no gozaba de ningún prestigio salvo el de ser la peleandera del salón, no obstante, descubrí a un personaje tan peruano y tan ingenuo como yo, un personaje con el cual podía utilizar ingredientes fantásticos y mitológicos, un personaje viajero y sobre todo con reputación literaria, "El cholito" de Oscar Colchado, se prestaba perfectamente para mi historia,una historia corta y tal vez con errores garrafales de técnica narrativa, pero que en medio de todo intenta mostrar como los pecados políticos disfrazados de fe, llegan a comprometer aún a los corazones más puros. El cholito tiene el corazón como una tabula rasa, no solo es un extranjero que mira la coyuntura con objetividad, también es un niño y por eso mira las cosas con inocencia y amor, así que decidí sacarlo del Perú y llevarlo al medio oriente. ¿Por qué tan lejos? o ¿por qué allí? quizas alguién se preguntará, y yo responderé, porque hoy por hoy, una gran parte de mi corazón vive en Palestina..
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