sábado, 4 de junio de 2011

La llamada de Leila

Aquella mañana me levanté algo cansada, me bañe, me aliste y tomé el desayuno, bajé a la cochera y saqué mi auto. Calenté como siempre durante unos segundos el motor y luego partí rumbo al trabajo. Sonó el celular, pero no lo contesté por precaución, sin embargo, ante la insistencia tuve que hacerlo. Yo sabía muy bien que ninguna persona conocida podía llamarme a esas horas pues todos saben perfectamente que nunca hablo por teléfono mientras conduzco y también saben que a esas horas de lunes a viernes siempre estoy manejando, por lo tanto algún amigo o familiar no podía ser, al menos que sea una llamada sumamente urgente. Por eso contesté el teléfono y entonces escuche aquella tierna voz infantil.
-Merlina ¿Eres tú?
- Sí -le dije -Soy Merlina y tú quién eres
-Yo soy tu amiga-me contestó
-¿Mi amiga? -le dije- ¿Cuántos años tienes?, ¿Cuál es tu nombre?, mira, mejor pásame con tu mamá
-Lo siento, aquí no está mi mamá -me contestó- Pero si tanto te importa, creo que puedes hacer algo por ella.
-Escúchame bien niña, no tengo tiempo para hablarte, estoy camino al trabajo y no suelo hablar con nadie mientras manejo- le respondí algo nerviosa.
-Está bien te dejaré en paz, solo te pido que prendas la radio y te ubiques en el 87.5 del FM, solo eso, adiós.
Aquella niña me había colgado intempestivamente y en ese momento miles de preguntas comenzaron a pasar por mi cabeza, ¿Quién era esa niña?, ¿Por qué quería que prendiera la radio?, ¿Acaso era una broma?, ¿Acaso debía enterarme de alguna noticia?, ¿Qué radio era esa?
-No, mejor me olvido de esta bromita y no le hago caso- me dije
Pero luego una inquietante curiosidad me animó a prender la radio y a buscar ese número en el dial.
Entonces escuché al locutor de la radio decir: “Esta es la canción que estabas esperando, disfrútala” y así comenzó, era la canción NO CONTROLES del grupo Flans.
-¡Woow! -me dije- Es la canción de mi infancia- ¡Cómo la cantábamos en el colegio! -y de inmediato empecé a cantarla en mi auto.
Eran las cuatro de la tarde y Leila y yo coordinábamos los pasos para nuestra presentación en el día de la madre.
-Carla es la que tiene el video, y por eso sabe todos los pasos auténticos, deberíamos esperar a Carla - me dijo Leila
-No - le contesté- Yo creo que si Carla tuviera interés en bailar con nosotras y el grupo, ya debería estar aquí, así que si no tenemos los pasos auténticos crearemos nuestros propios pasos, qué dicen chicas
-Estoy de acuerdo- dijo Carmen
- Y yo también -exclamó Fanny
- Qué dices tú Adita, ¿Estás de acuerdo?-le pregunté
- Pues la verdad yo opino como Leila -me contestó- Creo que debemos hacer los pasos originales de las chicas de Flans.
-Pues entonces no tiene sentido estar aquí -le dije -No tenemos tiempo que perder, la presentación es en cuatro días y aún no tenemos nada claro.
-Está bien -replicó Leila- Ensayemos unos cuantos pasos, pero mañana hablaremos seriamente con Carla para ver si bailará con nosotras y a ver si nos deja observar su video.
Después de ensayar algunos pasos nos despedimos y como siempre Leila y yo nos fuimos juntas. Esa tarde Leila estaba muy callada
-¿Por qué no dices nada? - le pregunté
- Pues porque estoy muy decepcionada de ti - me dijo
-¿Y por qué? -le contesté
-Por haberme contradecido delante de las demás, la única que apoyó mi idea fue Adita y eso que ella no es mi mejor amiga, se supone que tú debiste apoyarme
-Yo solo dije lo que pensaba -le conteste
-Pero si pensamos diferente ¿Cómo es que somos amigas desde el segundo grado? –me preguntó
-Pues yo creo que ahora que somos grandes y estamos en quinto grado, cada una debe tener sus propias ideas
-Muy bien Merlina, justo ahora se me ocurre una idea propia ¿Quieres saberla?
-A ver ¿Cuál es? - le dije
-¡No me busques en los recreos nunca más!
-¡Qué dices Leila!
- ¡Ya lo dije!, chau.
Y desde aquella tarde Leila comenzó a compartir su lonchera y a intercambiar dibujos con Carla. Así fue, la pesada de Carla se incorporó al grupo y comenzó a dirigir los pasos del baile, todos los ensayos se tenían que hacer en su casa y para colmo siempre criticaba mi forma de bailar.
La situación se puso tan insostenible que decidí salirme del grupo al segundo día del ensayo. Carla dijo en ese momento que si alguien más quería salirse del grupo sería mucho mejor ya que las Flans eran solo tres y con ella, Leila y Adita serian suficientes, en ese instante Leila puso una mirada perpleja y entonces Fanny le dijo a Carla que solo se trataba de un baile, no de una imitación, pero como Carla insistió con lo mismo, Fanny terminó abandonando los ensayos también. Desde esa tarde no supe nada más hasta el día de la presentación.
Llegó al fin el esperado viernes y anunciaron el número, pero yo no había visto a la madre de Leila en toda la actuación, y eso se me hacía muy extraño, hasta que salí de mis dudas cuando vi en el escenario a Carla, Carmen y Adita
-Pero ¿Dónde está Leila? -me pregunte
Al terminar la presentación fui corriendo a preguntárselo a Carmen. Ella me contó que al día siguiente de mi salida, Leila ya no volvió más a los ensayos, simplemente dijo que ya no quería bailar y no dio más explicaciones. Al término de la celebración busqué a mi madre y le conté todo lo sucedido, ella me dijo que vaya a ver a Leila porque tal vez estaba enferma y ya que vivía a solo dos cuadras de mi casa fui a visitarla por la tarde.
-¿Por qué no bailaste con ellas? -le pregunté
-Porque no me gustaba lo que hacían -me dijo -En realidad no me gustaba nada de lo que hacía Carla, pero nunca tuve el valor para decírselo
- Carla siempre quiere hacer lo que le da la gana -le dije
-Así es, por eso nunca más volveré a juntarme con ella
- Ni yo- le dije seriamente
-Entonces ¿Con quién te juntaras ahora? -me preguntó
- Pues si quieres me juntaré contigo- le contesté
-Bueno, entonces ayúdame a hacer algo
- Qué- le pregunte
-Pues mi mami no quizo ir a la celebración porque yo no iba a bailar, pero tenía muchas ganas de verme, sobretodo porque es mi canción preferida
-Y también la mía -le dije
-Sí claro, eso siempre lo supe- me respondió -Qué te parece si bailamos para ella en la sala
-Eso me parece una excelente idea- le contesté
Y esa tarde Leila puso su disco de las Flans y las dos bailamos y cantamos NO CONTROLES, frente a su madre, que después como premio nos preparó un delicioso lonche. Desde ese día nunca más volvimos a pelear y fuimos inseparables, hasta que me mudé de barrio y tuve que cambiar de colegio para hacer la secundaria. El tiempo paso y jamás supe que fue de mi gran amiga Leila Fernández, nunca supe nada hasta..
-¿Qué? ¿Dónde estoy? Se supone que yo iba a trabajar ¡Dios mío! ¿Qué hago aquí?
Sumergida en mis recuerdos había conducido tanto que me desvié del camino y en ese momento me encontraba nada más y nada menos que en mi antiguo barrio.
- ¡Dios bendito! -me dije- Esa es la casa de Leila y son las nueve de la mañana, ¿Será que Leila aún vive allí?, ¿Será que la casa fue comprada por otra familia?, vamos a ver -me dije a mí misma.
Estacioné el auto frente a la casa, bajé, me aproximé a la puerta y toqué el timbre. A los pocos segundos ella me abrió la puerta, la reconocí, era la madre de Leila
-Dígame señorita qué se le ofrece-me dijo con un tono amable
-Señora, espero me recuerde, soy Merlina Reyes, fui compañera de Leila y su mejor amiga cuando estuvimos en la primaria, ¿Cómo esta ella? -le pregunte
Entonces vi que sus ojos se abrieron sorprendidos e inmediatamente se llenaron de lágrimas
-Leila murió el año pasado después de un accidente -me dijo -Agonizó durante algunas horas en el hospital y antes de morir me hizo algunos pedidos. Una de sus peticiones fue que te buscara y te diera su disco de las Flans.

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